La carrera disputada en el autódromo de Brno en el año 1996 fue un punto de inflexión en la vida de Àlex Crivillé. El español ganó por nada más que 2 milésimas de segundo a su compañero Mick Doohan, una diferencia difícil de apreciar incluso en la foto finish. La derrota dolió mucho al piloto australiano, el gran dominador de la época en la cilindrada de 500cc y que recibió en sus carnes el primer golpe duro de un rival que le plantaría cara durante las siguientes temporadas. La victoria en Brno es, en palabras de Crivillé, "la mejor carrera de mi trayectoria deportiva".