El año 2000 fue un año duro para Àlex Crivillé, por primera vez defendía el título de campeón y los problemas mecánicos y la mala suerte se cebaron con él, repercutiendo en su rendimiento y en sus resultados. Pero el campeón no se hundiría sin dar un último golpe de autoridad y lo hizo con brillantez en el circuito francés de Le Mans. Su última victoria.