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Kiyan Anthony ha comenzado su carrera universitaria con los Orange de Syracuse siguiendo el camino que una vez recorrió su padre, Carmelo Anthony. Con 18 años y 1,96 metros de altura, el joven escolta ha debutado en la NCAA mostrando talento y buen nivel de juego.
En su primer partido oficial ante Binghamton sumó 15 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias, ayudando a su equipo a conseguir la victoria.
Dos encuentros después, ya como titular, mejoró sus cifras hasta 19 puntos, 4 asistencias y 3 rebotes en 29 minutos de juego, dejando ver que puede ser una pieza muy interesante en el equipo.
En la pista, Kiyan se mueve como un escolta moderno, ya que tiene buen manejo del balón, tiro exterior y capacidad para penetrar al aro. También destaca por su visión de juego y su habilidad para generar opciones para sus compañeros.
Todavía tiene margen de mejora en defensa y en la consistencia desde la línea de tiros libres, áreas en las que seguirá trabajando con su equipo.
@Cuse_MBB
Su llegada a Syracuse tiene un significado especial, debido a que su padre ganó allí el campeonato universitario en 2003, y Kiyan ahora viste la misma camiseta.
Su elección de la universidad no solo refleja la conexión familiar, sino también que es un proyecto deportivo en el que podrá crecer como jugador y desarrollarse a todos los niveles.
El salto del instituto a la NCAA trae retos importantes. El ritmo de los partidos es más alto, los defensores son más fuertes y los sistemas más complejos.
Kiyan debe consolidarse en la rotación y adaptarse a estos nuevos desafíos para ayudar a Syracuse a recuperar protagonismo en el baloncesto universitario.
Hasta ahora, sus primeros partidos muestran que puede aportar puntos, ritmo y carácter en la cancha. Su inicio invita al optimismo, y su evolución durante la temporada será clave para determinar hasta dónde puede llegar en su primer año universitario.