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‘Cundo’, el hombre detrás de generaciones de ciclistas

EFE

Torrelavega (Cantabria), 1 nov (EFE).- José Manuel Pérez Rivas, aunque casi nadie le llama así pues para todos es ‘Cundo’, es el alma del ciclismo en Cantabria, el hombre que lo considera no como un deporte sino como una forma de vida, por eso su nombre se pronuncia con respeto y cariño en el mundo del pedal.

Durante más de medio siglo ha estado presente en cada rincón del ciclismo cántabro, en las escuelas, en las marchas cicloturistas, en las carreras de jóvenes promesas y, sobre todo, en la memoria colectiva de quienes alguna vez se calzaron un dorsal bajo su mirada atenta soñando ser campeones.

Ha formado a generaciones de corredores y bajo su tutela algunos de ellos han obtenido importantes éxitos como el tricampeón del Mundo, Óscar Freire, pero también Iván Gutiérrez, Juan José Cobo (ganador de la Vuelta a España de 2011), Ángel `Litu’ Gómez, Tino Zaballa, David Gutiérrez o Fran Ventoso.

También ha sido maestro de otros ciclistas como Fernando Hormaechea, Alberto Fernández, José Manuel Movellán, Álvaro Trueba, Ismael Rodríguez, Jesús Ezquerra, José Manuel González o Antonio Angulo, que han tenido una suerte más regular en el mundo del ciclismo.

En una entrevista con EFE, ‘Cundo’ asegura que el ciclismo es su vida, un deporte al que se ha dedicado desde los siete años, primero en las categorías menores, luego corredor en pruebas a nivel regional y nacional, y desde hace más de medio siglo como organizador y entrenador de las nuevas regeneraciones.

Explica que su mayor felicidad es estar rodeado por chicos y chicas, de 2 a 14 años, que toman la bicicleta con la idea de ser campeones, a los que enseña no sólo a pedalear sino, sobre todo, respeto a los compañeros con los que se está compitiendo.

Un pasillo de más de 200 bicicletas 

A sus casi 80 años y sin visos de retirarse del todo, en los últimos meses ha recibido multitud de homenajes por parte de aficionados, directivos y ciclistas de distintas generaciones, personas que le han acompañado en el camino y que considera como su "gran familia”.

De entre todos los homenajes, afirma que uno de los que más le ha satisfecho tuvo lugar a finales del pasado mes de agosto, con motivo de una reunión de jóvenes ciclistas de toda Cantabria en el velódromo que lleva el nombre de Óscar Freire.

Allí, además de la insignia del Club Cicloturismo Cantabria, recibió el reconocimiento a una trayectoria longeva y exitosa, y más de 200 niños y jóvenes con sus bicicletas alzadas formaron un pasillo por el que ‘Cundo’ hizo su entrada triunfal en el velódromo.

El Ayuntamiento de Torrelavega, consciente de su aportación al deporte base, también le ha entregado un premio especial a su trayectoria ejemplar al servicio del ciclismo y de la juventud.

Aunque los años pasan, a ‘Cundo’ se le ve en las pruebas, siempre sonriente, dando consejos, animando, empujando a los jóvenes a creer en sí mismos, en una ciudad con una tradición ciclista de décadas gracias a personas como él.

Larga trayectoria como maestro

‘Cundo’ se subió a una bicicleta cuando apenas levantaba un palmo del suelo, en los años en que el ciclismo se vivía en blanco y negro, como él recuerda, sin patrocinadores ni grandes medios, un tiempo donde tocó correr pruebas en solitario por falta de un equipo de apoyo y tampoco de un mecánico.

Años después, a mediados de la década de los 70 del siglo pasado, comenzó su carrera de entrenador forjando jóvenes ciclistas con el Club Ciclista Covadonga, pasando luego por otros como Galón, Toranzo, Sociedad Deportiva Torrelavega, Besaya, Saunier Duval, Mozagro o Herminio Díaz Zabala.

Durante esos años fue forjando su leyenda con el ciclismo base, trabajando de forma humilde, callada y discreta, enseñando a generaciones de jóvenes a amar la bicicleta con esfuerzo, respeto y humildad, hasta llegar a la actualidad donde sigue a pie de pista la evolución de los nuevos corredores.

Javier G. Paradelo