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Iván Zamorano es una de las grandes leyendas, no solo del fútbol sudamericano, sino también del fútbol mundial. 'Bam Bam' era un pistolero al que nadie podía frenar y no tardó demasiado en ganarse al Santiago Bernabéu por su facilidad para hacer gol y demostrar un esfuerzo que enamoró a la grada madridista.
El chileno, ahora uno de los comentaristas estrella de DAZN para la Champions League en Estados Unidos, explicó cómo otra figura como Hugo Sánchez le advirtió del peso de ser el nueve del Real Madrid.
"Llevaba ya dos años en el Sevilla y me venden al Real Madrid. Hugo estaba saliendo y me llamó por teléfono y me dijo que iba a hacerme una carta. Ahí me explicó la importancia de llevar el 9 en el Real Madrid, lo que significa y que el Bernabéu no perdona, pero que también agradece y valora muchísimo los esfuerzos que tú haces como futbolista. Para mí era una gran responsabilidad, pero también sentía que tenía que ser yo mismo".
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REAL MADRID
El chileno ya era figura en el Real Madrid, superando récord de goles en su temporada de estreno como futbolista del Real Madrid, pero su química con Jorge Valdano no fue la mejor. El técnico argentino no quería al jugador y lo hizo saber públicamente, pero Zamorano logró darle la vuelta a la situación.
"Yo creo que fue de los momentos más difíciles en mi carrera como futbolista. Llevaba seis años ya en Europa, que te digan '¿Sabes qué? No voy a contar contigo'. Tenía que afrontarlo de la forma en la que ha sido mi vida. Jorge lo hizo público y cada vez que encendíamos la tele 'Zamorano se tiene que ir, si se queda va a ser el quinto delantero…'. Yo no hablé, lo hice en la cancha.
El 'killer' necesitaba ganarse a su técnico, pero no lo haría hablando con él o con los medios, sino que lo logró 'agrediéndole' en un entrenamiento.
"Hace dos equipos para mantener la pelota de forma agresiva, posesión de pelota, y se pone a jugar en el equipo contrario porque faltaba un jugador. Entonces, en una pelota dividida, llego tarde a la pelota, agarro tobillo, canilla y rodilla. Nos caemos al suelo y cuando yo intento irme otra vez por la pelota, Jorge me pega un codazo y me dice 'che, boludo, vos siempre entrenas así o solo cuando odias a tu entrenador'".
Esa acción demostró al argentino que Zamorano era un jugador al que siempre querías de tu lado por su capacidad de competir y dejar hasta la última gota de sudor en el campo.
"Yo le dije que siempre entreno así y yo creo que en ese momento Jorge se dio cuenta de que conmigo se había equivocado".
El resto fue historia, Zamorano consiguió seguir haciendo historia en el Madrid con sus 77 tantos ligueros a lo largo de sus 5 temporadas y convirtiéndose en una estrella que enamoró al Bernabéu.
"Hasta que llegó ese primer partido ante el Sevilla, a los 7 minutos ya tenía 2 goles. Al cuarto partido ya había hecho 7 goles y era el ejemplo que había que seguir para ganarse un puesto en el equipo de Jorge. Fue superfranco al decir que conmigo se había equivocado y que si alguien tenía que ganarse la camiseta de titular tenía que hacer lo que hizo Zamorano. Creo que fue el año más exitoso de mi carrera".
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@bambam9oficialTras su exitosa etapa en el Real Madrid, Zamorano recalaba en el Inter como el gran delantero centro por el que apostaban los italianos, pero justo un año más tarde recalaba un Ronaldo Nazario que había enamorado a todo el mundo del fútbol. La conexión entre ambos delanteros fue buena, pero en la segunda temporada juntos, el chileno recibió una llamada para que cediese su clásico número 9.
"Cuando llega, yo sigo jugando con el 9 y él juega con el 10 el primer año. Después del mundial del 98, Roni tenía algunos problemas y acabó muy mal ese Mundial y a mí me llama el presidente y me dice 'Roni está mal a nivel motivacional, así que para subirle el ánimo le vamos a dar el 9. ¿Te parece?' Me lo estaban pidiendo para dárselo al número uno, al mejor nueve del mundo, yo no tuve problemas".
El killer aceptó sin problemas cederle ese honor al que era el mejor jugador del planeta, pero le surgió una exigencia: cedía el 9 en forma, pero no en fondo.
"Lo que sí hubo problemas con que empecé a pensar y aunque es cierto que sí le estaba entregando el número a Ronaldo, yo quería quedarme también con el 9. Entonces yo le dije al presidente y director deportivo Sandro Mazzola, perfecto, pero voy a jugar con un número que sume el 9. 'Sisi, puedes jugar con el 27, el 18… con el que quieras'. Yo le dije que perfecto, que iba a jugar con el 18, pero que le iba a poner un signo más".
Como se suele decir, el resto fue historia. La camiseta de Zamorano con esta peculiaridad se volvió una obsesión para los coleccionistas y en un soplo de aire fresco para los aficionados, pasando al recuerdo no del aficionado nerazzurri, sino para todo seguidor del deporte en Italia.
"Me dijo que no se podía, pero si quiere que le entregue el 9 a Ronaldo, usted que es presidente, hable con el presidente de la Federación. Me dio permiso y ahí nació el 1+8. Al principio yo lo hacía con utilleros y a partir del quinto partido, la marca de la camiseta ya la mandaba directamente. Esto fue algo icónico porque, hasta el día de hoy, esta camiseta es recordada como la más vendida de la historia del fútbol italiano".
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