El futbolista Diogo Jota, jugador del Liverpool FC y de la selección portuguesa, ha fallecido en la madrugada del 2 al 3 de julio en la provincia de Zamora.
En el mismo suceso también ha perdido la vida su hermano André Jota, vinculado al fútbol profesional. Las autoridades competentes han abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido.
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El mundo del fútbol está de luto tras confirmarse el fallecimiento de Diogo Jota, delantero del Liverpool FC y de la selección portuguesa, en un trágico accidente de tráfico ocurrido en la madrugada del 2 al 3 de julio en la provincia española de Zamora. Tenía 28 años.
El suceso tuvo lugar poco después de la medianoche, en el kilómetro 65 de la A-52, a la altura del término municipal de Cernadilla. Según los primeros indicios, el vehículo en el que viajaba se salió de la vía y, tras el impacto, se incendió. Diogo Jota se encontraba acompañado por su hermano André, también futbolista, y ambos perdieron la vida.
Los servicios de emergencia acudieron de inmediato tras recibir varias llamadas al 112, pero lamentablemente no fue posible salvar a ninguno de los dos ocupantes del vehículo.
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Su pérdida conmueve profundamente al mundo del fútbol, que hoy recuerda su talento, entrega y profesionalismo dentro y fuera del campo.
Formado en las categorías inferiores del Gondomar y posteriormente en el Paços de Ferreira, donde debutó como profesional con apenas 18 años, Jota destacó desde sus inicios por su visión, capacidad goleadora y madurez.
Su gran rendimiento en la temporada 2015/16 llamó la atención del Atlético de Madrid, que lo fichó por 7 millones de euros. Aunque no llegó a vestir su camiseta, inició un recorrido internacional que marcaría su carrera.
Fue cedido al FC Porto, donde disputó 38 partidos, y más tarde al Wolverhampton inglés. En Inglaterra encontró su lugar: fue clave en el ascenso de los Wolves a la Premier League y se convirtió en uno de los atacantes más consistentes del campeonato. Su evolución lo llevó hasta la selección nacional de Portugal, con la que debutó en 2019.
En 2020, su fichaje por el Liverpool FC por casi 45 millones de euros marcó el punto más alto de su carrera. Bajo las órdenes de Jürgen Klopp, se convirtió en una pieza fundamental del equipo, aportando goles, dinamismo y carácter.
A pesar de varias lesiones que lo alejaron de los terrenos de juego en distintas etapas, Jota se ganó el respeto de sus compañeros y el cariño incondicional de la afición de Anfield.
Hoy, su recuerdo permanece en cada estadio que pisó, en cada gol celebrado y en cada persona que pudo disfrutar de su fútbol. El mundo despide a un deportista ejemplar y a una figura humana profundamente admirada. Su legado vivirá en la memoria del fútbol.