En Lisboa, el FC Barcelona femenino vivió una tarde amarga que quedará grabada en la memoria de todos los aficionados culés.
El sueño de conquistar su tercera Champions League consecutiva se desvaneció en el minuto 74, cuando la sueca Emma Blackstenius marcó el único gol del partido y dio al Arsenal su segunda "orejona", diecisiete años después de la primera.
El inicio fue complicado para las azulgranas, que se vieron presionadas desde el primer minuto por un Arsenal decidido a ahogar su juego. Las inglesas supieron neutralizar a Aitana Bonmatí, la brújula culé, y frenaron la circulación del balón.
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A pesar de algunas llegadas puntuales, el Barcelona no logró encontrarse en el primer tiempo, con ocasiones desperdiciadas por Pajor y Claudia Pina, y el susto de un gol anulado al Arsenal por fuera de juego.
En la segunda mitad, las catalanas salieron con una actitud renovada. El larguero evitó el gol de Claudia Pina tras una gran combinación con Aitana y Putellas, y Ona Batlle rozó el empate con un potente disparo. La entrada de Salma Paralluelo dio más verticalidad, pero el muro defensivo inglés, liderado por una excelente Van Domselaar, resistió.
Cuando el Barça empezaba a dominar, llegó el mazazo: un córner ensayado del Arsenal acabó en los pies de Blackstenius, que cruzó el disparo y silenció a la afición culé. La lesión de Mapi León poco después añadió dolor a un golpe ya devastador.
A partir de entonces, el partido se convirtió en una carrera contrarreloj. El Barcelona lo intentó con centros y empuje, pero sin la claridad necesaria. El tiempo corría en su contra, y el Arsenal se blindó atrás con temple y oficio. Llegó el pitido final y la decepción se palpaba entre las jugadoras del conjunto azulgrana. Especialmente en una Aitana Bonmatí que no pudo evitar las lágrimas al ver que la cuarta Champions se había escapado.
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No hubo épica esta vez. No hubo remontada ni celebración. Solo lágrimas contenidas y abrazos de consuelo. El FC Barcelona femenino, que había tocado la gloria en los últimos años, se encontró con una derrota que duele, pero que también dignifica.
Porque lucharon hasta el final. Porque este equipo ha elevado el nivel del fútbol femenino a cotas impensables. Y aunque la copa no voló a Barcelona, el orgullo por este grupo permanece intacto.
Caer también es parte del camino, algo que Aitana Bonmatí tiene muy presente. "Fútbol. No siempre se gana. Mucha gente pensaba que el partido se había ganado antes de empezarlo. Es cierto que hoy, seguramente en la primera parte, me gustaría decir, no hemos estado a nuestro nivel. Esto nos ha penalizado porque se ha ido haciendo largo el partido", aseguró en el micrófono de DAZN.
"Nos han marcado cuando nosotras mejor estábamos. Es fútbol, hay que saber jugar con eso. Han hecho un gran partido, han jugado a su juego, han aprovechado sus oportunidades. Tienen gente arriba que con nada te crea mucho peligro", añadió en alabanza al Arsenal.
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"Es doloroso, muy frustrante porque yo siento mucho estos colores y porque sé todo el trabajo que hay detrás. No solo de todas las de azulgrana, sino de todos los de amarillo. Son muchas horas las que metemos cada año para llegar hasta aquí", siguió.
También tuvo un recuerdo para los seguidores del FC Barcelona que abarrotaron el Estadio José Alvalade de Lisboa.
"Ver a toda esta gente en la grada, me recuerda a Turín y me sabe muy mal por toda la gente que nos sigue y que trabaja por nosotras. Por el presi, por Xavi Puig. Me sabe muy mal por toda la gente que se vuelca con nosotras, más que por mí misma", explicó.
"Las derrotas sirven para aprender. Sirve como un aprendizaje, no como algo muy malo. Hay que aprender", concluyó.