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El Nápoles pasó de la euforia al susto en cuestión de segundos. Kevin De Bruyne marcó de penalti ante el Inter, pero justo al golpear el balón sintió un fuerte pinchazo en la parte posterior del muslo.
Intentó continuar, aunque pocos minutos después pidió el cambio y se marchó con gesto de dolor, acompañado por los médicos del equipo.
Las primeras sospechas apuntan a una lesión muscular en los isquiotibiales de la pierna derecha, la misma zona que ya le dio problemas durante su etapa en el Manchester City.
Aunque el club aún no ha publicado un parte médico oficial, se estima que podría estar entre tres y cinco semanas de baja, dependiendo del alcance de la rotura.
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Getty Images
La escena encendió todas las alarmas en Nápoles. De Bruyne había recuperado su mejor nivel en las últimas semanas y se había convertido en el motor del equipo de Antonio Conte. Su ausencia llega justo cuando más lo necesitaban, en plena pelea por los primeros puestos de la Serie A y con compromisos europeos a la vista.
El belga, que llegó al Nápoles para liderar un proyecto ambicioso, deja un vacío enorme en la creación de juego.
Sin él, el equipo pierde control, ritmo y visión ofensiva. Conte tendrá que buscar alternativas rápidas en el centro del campo para mantener la fluidez que De Bruyne había aportado desde su llegada.
Según avanzó SkySports, De Bruyne fue operado con éxito de un desgarro de alto grado en el tendón de la corva derecho.
Además, el centrocampista belga estará de baja entre tres y cuatro meses, con el objetivo de regresar para el final de la temporada y el Mundial, informaron desde el medio, a falta de confirmación oficial del Nápoles.