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Islam Makhachev firmó una noche histórica en UFC 322. El ruso cumplió su objetivo de convertirse en campeón de dos divisiones y lo hizo con una actuación dominante ante Jack Della Maddalena. Fue un combate sin discusión, controlado de principio a fin, que le entregó el cinturón wélter.
Los jueces puntuaron la pelea 50-45 de manera unánime. Con esa decisión, Makhachev se convirtió en el undécimo luchador en la historia de la UFC capaz de ganar títulos en dos categorías distintas. Ya es también el segundo en hacerlo en wélter y ligero, un logro que solo B.J. Penn había conseguido.
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Desde el primer segundo, la pelea tuvo un dueño claro. Makhachev impuso su estrategia sin ningún tipo de sorpresa. Patadas bajas duras, ritmo constante y un plan de lucha evidente. Su dominio se extendió durante los cinco asaltos sin que el campeón pudiera encontrar respuestas.UFC
“Este es un sueño”, afirmó Makhachev al recibir los dos cinturones de manos de su entrenador Khabib Nurmagomedov. El daguestaní aseguró que dedicó toda su preparación a llegar a este momento y destacó la comodidad de competir sin un corte de peso exigente.
El nuevo campeón explicó su plan de combate sin rodeos. Para él, la clave estaba en mantener la presión, encadenar derribos y trabajar sin descanso desde arriba. Insistió en que su estilo es conocido por todos, pero aun así nadie es capaz de frenarlo en el octágono.
Jack Della Maddalena vivió la cara opuesta de la noche. Tras perder el cinturón en su primera defensa, abandonó el octágono sin dar entrevista y visiblemente afectado por la derrota. La pelea se le torció muy pronto, cuando Makhachev consiguió el primer derribo apenas iniciada la contienda.
Desde ese momento, el australiano quedó atrapado bajo el peso de Makhachev. El dominio físico del ruso fue total. Della Maddalena intentó levantarse en varias ocasiones, pero cada intento acabó con Makhachev recuperando la posición dominante o tomando la espalda para buscar el estrangulamiento.
En el primer asalto, Makhachev estuvo cerca de cerrar una D’Arce choke, una de sus finalizaciones preferidas. Aunque no llegó a completarla, envió un mensaje claro sobre el tipo de combate que pretendía imponer durante toda la noche. El control era absoluto.
El segundo asalto mostró un breve rayo de esperanza para el australiano. Della Maddalena conectó un golpe limpio en el inicio del round, pero Makhachev respondió de inmediato. Atrapó el clinch, llevó el combate al suelo y volvió a castigar desde la posición superior con puños y codos cortos.
Della Maddalena consiguió zafarse antes de que acabara el asalto, pero el tiempo no jugaba a su favor. Cada intercambio terminaba con Makhachev imponiendo su lucha y reduciendo cualquier intento de ofensiva del campeón. Su capacidad para repetir el mismo castigo resultó demoledora.
En los intercambios de pie, Makhachev dañó con varias patadas al gemelo. Fueron golpes constantes que restaron movilidad al australiano. Cuando este logró encadenar alguna combinación, el daguestaní respondió con nuevos derribos que devolvían el combate a su territorio preferido.
El cuarto asalto ofreció la misma secuencia. Patada baja, derribo y control en el suelo. Della Maddalena seguía defendiendo los intentos de estrangulación, pero no conseguía generar peligro. La pelea se escapaba sin remedio mientras intentaba resistir para evitar una finalización.
En el quinto y último asalto, Makhachev cerró su actuación con otro derribo inmediato. Volvió a buscar la sumisión desde la espalda, aunque sin llegar a completarla. El control se mantuvo hasta la bocina final. Fue una demostración contundente y sin fisuras.
Al término del combate, Makhachev celebró con todo su equipo. El ruso ya piensa en la primera defensa del título. La división ofrece múltiples alternativas después de las victorias de Michael Morales y Carlos Prates, además de nombres como Kamaru Usman, Shavkat Rakhmonov o el ganador del Garry vs. Belal.
El campeón, sin embargo, dejó claro dónde quiere pelear. “Donald Trump, vamos”, gritó. “Abran la Casa Blanca, ya voy”. Un mensaje directo que marcó el cierre de una noche que ya forma parte de la historia de la UFC.