Aston Martin no ha tenido el mejor arranque en este último año bajo la actual reglamentación de la Fórmula 1.
Con la mirada puesta en 2026, gran parte de sus esfuerzos se centran en su nueva fábrica, el túnel de viento de última generación y la incorporaciones estratégicas. Sin embargo, la escudería británica ha sorprendido al mundo del motor con un auténtico golpe sobre la mesa.
En el Gran Premio de Emilia-Romaña, el equipo de Fernando Alonso presentó su primera gran mejora del año, y los resultados han dejado boquiabiertos a todos. Contra todo pronóstico, Aston Martin ha demostrado que aún tiene mucho que decir esta temporada.
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Aston Martin Aramco F1 Team
Aston Martin llegaba al GP de Emilia-Romaña en Imola con su primer gran paquete de mejoras de la temporada. Las expectativas, sin embargo, no eran especialmente altas, teniendo en cuenta la evolución irregular del monoplaza en las últimas campañas, donde las actualizaciones no terminaban de encajar.
Pero esta vez fue diferente. Tras más de dos años, Fernando Alonso y Lance Stroll demostraron que la escudería británica había dado en el clavo.
Ambos pilotos superaron sin problemas la Q1 y la Q2, y en el momento clave, no decepcionaron, por primera vez en 2025, Aston Martin logró meter a sus dos coches en la Q3, confirmando que las mejoras están funcionando y que el equipo vuelve a mirar hacia arriba.
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Y no solo eso: el asturiano firmó una impresionante P5 con una vuelta que, según Toni Cuquerella, fue "de seguridad". Alonso aún tenía margen para arriesgar más, pero le bastó con el excelente ritmo que logró con los neumáticos medios, en una estrategia poco convencional.
De hecho, Aston Martin fue la única escudería que optó por el compuesto amarillo en Q3, junto a George Russell, quien decidió copiar el enfoque.
Después de varios fines de semana de malos resultados y peores sensaciones, el trabajo en Silverstone empieza a dar frutos. Y Alonso lo sabe. Tanto es así que, tras felicitar al equipo por el rendimiento, y fiel a su espíritu competitivo, lanzó una pregunta a su ingeniero que dejó a todos perplejos…
Tras finalizar la última sesión de clasificación, Fernando Alonso se dirigió a su ingeniero y al equipo con un mensaje claro: "Ok, compañero, enorme trabajo. Somos quintos". Pero lo que vino después volvió a demostrar por qué muchos lo consideran uno de los mejores pilotos de la historia.
Sin conformarse con el resultado, lanzó una pregunta que resume su esencia competitiva: "¿Cómo de lejos está el P4?".
Una frase que refleja el alma de Alonso, ambición pura. En este caso, su objetivo era Lando Norris, que había terminado cuarto con el McLaren.