Con Yamaha volcada en el proyecto de la nueva moto, esa que irá equipada con el motor de cuatro cilindros en V que está afinando Augusto Fernández, el prototipo de esta temporada quedó arrinconado hace ya varias carreras para desdicha de los pilotos. De los cuatro, el más frustrado probablemente es Fabio Quartararo, que ya se ha hartado de plantear ultimátum a la marca de los diapasones, la que le dio la oportunidad de debutar en MotoGP (2019) y la que quiere mantenerle más allá del año que viene, cuando expira el vigente contrato que les une.
Lo que ocurra en Portugal, este fin de semana; y en Valencia, el que viene, tiene menos importancia que lo que pase en el test del lunes posterior a esa carrera, en Cheste, y, sobre todo, que lo que acontezca en los test de pretemporada y en las primeras citas de 2026. Eso no quita que la rabia por salir a pista y verse limitado por las carencias de la moto sea más llevadera.
Este sábado, Quartararo tendrá que volver a pasar por la primera criba de la cronometrada y jugarse en ella el pase a la eliminatoria definitiva (Q2). En el ensayo de la tarde finalizó el 13º, a seis décimas del más rápido (Alex Márquez), y a menos de dos de quien estableció el corte (Ai Ogura). En el MotoGP actual, cualquier objetivo de alto calado con vistas a la sprint, y a la carrera larga, pasa por una buena posición de salida.
En otros escenarios en los que tampoco tuvo ritmo, el 'Diablo' fue capaz de cuadrar una vuelta rápida que le permitió arrancar sin demasiado tráfico. En el trazado del Algarve, los meneos que le suelta su moto, como consecuencia de la falta de agarre que presenta, se lo van a poner muy difícil.
"Parece que vaya más rápido que los demás por cómo se mueve la moto. Parece que sea rápido, pero no lo soy. El principal problema es la frenada, al entrar en la curva y al salir. Nos falta estabilidad y agarre. En esta pista, el agarre es importantísimo”, resumió Quartararo, que ya sabe qué es ganar en Portugal, porque lo ha hecho en dos ocasiones desde que compite en la categoría de las motos pesadas (2021 y 2022).
"No pudo señalar ningún aspecto positivo. No pude dar ni una vuelta rápida; hay que analizarlo y ver qué está pasando, porque no entiendo nada", añadió el Diablo, que ya hace tiempo que se hartó de salir ante los periodistas a contar la misma película. "Este circuito me encanta, pero no me lo he pasado bien. El problema no es la estabilidad. Cuando abres el acelerador y la moto empieza a derrapar, o cuando frenas y la moto se levanta de la parte trasera; esos son nuestros problemas", zanjó el corredor de Niza.