¿Quien es Naoya Inoue?: el japonés que ya es leyenda y convierte la excelencia en rutina

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Naoya Inoue llega al 27 de diciembre en Riad como una figura que ya no necesita presentación, pero cuya historia merece ser contada de principio a fin para entender el alcance real de lo que representa hoy en el boxeo mundial. Enfrente estará Alan Picasso, invicto mexicano y aspirante joven, pero la percha del combate sirve, sobre todo, para detenerse en el recorrido de un campeón que ha convertido la excelencia en rutina y el dominio en costumbre.

Inoue nació el 10 de abril de 1993 en Zama, en la prefectura de Kanagawa, Japón. Su relación con el boxeo no fue casual ni tardía. Creció en un entorno donde el gimnasio formaba parte de la vida diaria y donde la disciplina era un valor central. Su padre, Shingo Inoue, fue desde el primer momento la figura clave de su desarrollo, no solo como entrenador, sino como guía de un proceso que siempre priorizó la técnica, el control y la comprensión profunda del combate antes que la urgencia por el éxito inmediato. Ese vínculo familiar explica buena parte de la coherencia que ha tenido su carrera desde los inicios.

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¿Quien es Naoya Inoue?: el japonés que ya es leyenda y convierte la excelencia en rutina 

Team Inoue

Antes de convertirse en profesional, Inoue acumuló un extenso recorrido amateur. Su balance, ampliamente citado en Japón, fue de 75 victorias y solo seis derrotas, con un número elevado de triunfos antes del límite que ya anticipaban su pegada. En ese periodo conquistó títulos nacionales juveniles y compitió en torneos internacionales, donde comenzó a enfrentarse a estilos variados y a rivales físicamente más desarrollados. Aquella etapa fue determinante para moldear a un boxeador que no dependía únicamente de la potencia, sino de la lectura del ritmo y la distancia.

El salto al profesionalismo llegó en 2012 y fue inmediato. Inoue no transitó un camino largo de adaptación. Desde sus primeras peleas mostró una madurez poco habitual para su edad y una capacidad para marcar diferencias claras. Apenas dos años después, en abril de 2014, conquistó su primer título mundial al noquear a Adrián Hernández y proclamarse campeón del mundo del peso minimosca por el WBC con solo 20 años. Aquel triunfo no fue solo un título temprano, fue una declaración de intenciones. Japón tenía un nuevo campeón y el boxeo internacional comenzaba a prestar atención.

Lejos de acomodarse, Inoue inició una progresión por categorías que definiría su legado. Tras el minimosca, subió al supermosca y volvió a coronarse campeón del mundo, confirmando que su potencia no estaba atada a un peso concreto. El siguiente paso fue el peso gallo, una división históricamente más poblada y exigente. Allí llegó uno de los capítulos más recordados de su carrera, tanto por el contexto como por la calidad de los rivales a los que enfrentó.

En el peso gallo, Inoue se consolidó como figura global. Su participación en la World Boxing Super Series le permitió mostrarse ante una audiencia internacional y culminó en una final memorable frente a Nonito Donaire. Fue un combate duro, exigente, en el que Inoue tuvo que adaptarse, resistir y competir durante los doce asaltos ante un veterano con recursos. Ganó por decisión, pero aquella noche sumó algo más importante que una victoria: demostró que también podía imponerse cuando el nocaut no llegaba y que su boxeo tenía capas más profundas de lo que muchos creían.

El 13 de diciembre de 2022 marcó otro hito. Inoue derrotó a Paul Butler y se convirtió en campeón indiscutido del peso gallo, unificando los cuatro cinturones principales y logrando algo que no se veía en la división desde hacía décadas. Ese triunfo cerró una etapa de forma rotunda. Había dominado la categoría y no quedaba nada pendiente. La decisión fue clara: subir de peso.

El salto al supergallo no supuso una transición lenta. En julio de 2023 derrotó a Stephen Fulton y conquistó títulos mundiales en su debut en la división. Meses después, el 26 de diciembre de ese mismo año, noqueó a Marlon Tapales y se proclamó campeón indiscutido del peso supergallo, convirtiéndose en uno de los pocos boxeadores de la era moderna en ser indiscutido en dos categorías distintas. Con ese triunfo, su nombre quedó definitivamente inscrito entre los grandes del boxeo contemporáneo.

La etapa reciente de Inoue ha estado marcada por defensas sólidas y escenarios de alto perfil. En mayo de 2024 venció a Luis Nery en Tokio, en una pelea cargada de simbolismo y tensión previa. En septiembre de ese año defendió ante TJ Doheny, reafirmando su dominio. En 2025 continuó activo, sumando nuevas defensas que mantuvieron su estatus intacto. En septiembre de ese año, Murodjon Akhmadaliev logró llevarlo a la decisión y romper una larga racha de victorias por nocaut, pero sin alterar el resultado final. Inoue siguió ganando, incluso cuando el camino fue más largo.

Su estilo explica gran parte de su éxito. No es solo un pegador. Inoue combina una técnica depurada con una capacidad excepcional para elegir el momento exacto del golpe. Sus entradas son cortas, precisas, casi invisibles. Su selección de golpes es variada y su manejo del ritmo desarma a los rivales. La potencia aparece porque el impacto llega limpio y en el momento justo. Por eso su porcentaje de nocauts es tan alto y, al mismo tiempo, su boxeo resulta tan difícil de descifrar.

Con un récord profesional de 31 victorias, 27 de ellas por nocaut, Inoue llega a Riad como campeón indiscutido del supergallo y como una de las referencias absolutas del boxeo actual. Alan Picasso, invicto y con proyección, representa el siguiente desafío. Un rival joven, ambicioso, que ve en esta pelea la oportunidad de su vida. Para Inoue, el combate es otra defensa, otro capítulo que cerrar, otro paso en una carrera que ya se mide en términos de legado.

El 27 de diciembre no solo se disputa un título. Se pone en escena a un boxeador que ha construido su trayectoria sin atajos, que ha unificado divisiones, que ha vencido a campeones y veteranos, y que ha sabido adaptarse a cada etapa de su carrera. Naoya Inoue no pelea para demostrar quién es. Pelea para seguir ampliando una obra que, a estas alturas, ya pertenece a la historia del boxeo.

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