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Míchel quiso frenar cualquier exceso de dramatismo antes del partido ante la Real Sociedad. El técnico habló con franqueza en DAZN, consciente del momento delicado de su equipo, pero sin convertir el encuentro en una final anticipada. “No es a vida o muerte”, aclaró, aunque enseguida matizó: “Es un partido importantísimo”.
El entrenador reconoció la situación de necesidad, pero prefirió ampliar el foco. “Estamos en una situación delicada, de máxima necesidad. Necesitamos sumar y ganar partidos”, explicó, antes de poner en contexto al rival. “La Real tiene un equipazo. Su situación tampoco es la que esperaban, pero es un partido muy complicado y una prueba importante para nosotros”.
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Míchel fue más allá y señaló uno de los grandes problemas de su equipo esta temporada: la falta de continuidad. “En el fútbol las trayectorias marcan mucho y conseguir un rendimiento continuo es lo más difícil. Este año no hemos dado con esa tecla para sentirnos del todo seguros”, admitió. Aunque insistió en que el trabajo existe, reconoció que falta el paso decisivo: “Ese paso es ganar fuera de casa, dar un golpe encima de la mesa”.
El técnico cerró su reflexión con una visión más amplia sobre la categoría. “Mantenerse en Primera División siempre es muy difícil. Cada año es igual de duro y muchas veces no te das cuenta cuando las cosas van bien”, explicó. En una temporada “difícil y complicada”, Míchel volvió a la base de su discurso: constancia, trabajo y unión para salir cuanto antes de la zona peligrosa.