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El Real Madrid cerró una de sus noches más frustrantes en el Bernabéu. Derrota por 0-2 ante el Celta, dos expulsiones y un equipo que nunca encontró estabilidad emocional ni táctica. Xabi Alonso, cuando tocó, apuntó directamente al árbitro, Quintero González, como uno de los factores que desequilibraron un partido que ya venía torcido desde la lesión temprana de Militao.

“Nos ha desquiciado las decisiones del árbitro, la expulsión, luego ralentizaban, no les cortaba el ritmo y no les advertía nada al rival. Estuvo muy permisivo, no me ha gustado su actuación”, dijo, sin elevar la voz pero dejando clara su indignación. La tarjeta a Álvaro fue el otro detonante: “Muy discutible, como con demasiadas ganas. Eso nos descontroló un poco y nos sacó en algunas fases del partido”.
El técnico recordó que el equipo ya venía tocado anímicamente desde el principio. “Esa lesión de Militao nos ha hecho daño. Nos ha costado recomponernos y luego hemos ido ajustando cosas, pero no ha salido el partido que queríamos”. Con once o con diez, el Madrid no encontró continuidad: “Sabemos que hay situaciones que debemos atacar mejor; algunas veces se nos han atragantado. Pero esto es cuestión de trabajarlas”.
A pesar de la bronca, Xabi Alonso evitó dramatismos y pidió pasar página cuanto antes. “Son solo tres puntos, queda muchísima Liga. Lo mejor es que el miércoles tenemos el partido de Champions contra el City para quitarnos este mal sabor de boca”, afirmó el entrenador en rueda de prensa.