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El 2025, el año de Hansi Flick

EFE

Barcelona, 31 dic (EFE).- Se acaba 2025 y en el Barcelona será recordado como el año de Hansi Flick, el técnico que le ha cambiado la cara al equipo azulgrana, campeón del triplete nacional y que estuvo a segundos de disputar también la final de la Liga de Campeones, el trofeo que le ha faltado levantar para hacer el pleno de títulos.

En su primera temporada en el banquillo del Barça, Flick no solo ha logrado unos resultados inimaginables, sino también implementar un estilo de juego reconocible y muy atractivo basado en una defensa adelantada casi kamikaze y una presión tras pérdida voraz.

Transitando siempre en el alambre del fuera de juego y en el vértigo de cada transición hacia la meta rival, su equipo, repleto de jóvenes futbolistas formados en el club y con hambre de títulos, ha vuelto a ilusionar al barcelonismo.

Y es que Flick siempre ha creído en sus jugadores y su capacidad para plasmar en el césped su idea. Incluso cuando, en el último tercio del año, el Barcelona parecía haber perdido parte de su contundencia ofensiva y la seguridad atrás y algunas voces reclamaban cambios en el sistema de juego que le había convertido en un equipo ganador.

"Estoy convencido de que pronto volveremos a ver al Barça a su máximo nivel. Veo cómo entrenamos, la intensidad de los chicos... Estoy seguro y soy optimista", insistía el preparador germano, quien siempre achacó ese bajón a la plaga de lesiones que estaba sufriendo el equipo.

No es fácil que un alemán de Heidelberg, que no habla ni castellano ni catalán, haya enamorado de este modo al aficionado culé, ni tampoco que esté viviendo su propia historia de amor, casi a primera vista, con el club azulgrana. Como si ambos estuvieran predestinados a encontrarse.

"No me gusta que mi nieto me vea así. Pero este club me ha cambiado completamente. Lo amo, amo Barcelona y a la gente de aquí, que es increíble... Vivo por este club y quiero dar lo mejor de mí por el Barça", confesaba Flick esta temporada mientras intentaba explicar, casi ruborizado, su expulsión en Girona.

El preparador teutón, que cuando dirigía al Bayern de Múnich se mostraba impasible y apenas sonreía, parece haber encontrado la felicidad en la capital catalana, donde en este 2025 ha hecho felices a decenas de miles de hinchas culés.

Empezó a hacerlo nada más comenzar el año, goleando al Real Madrid (2-5) en la final de la Supercopa de España disputada el 12 de enero en Yeda (Arabia Saudí).

Al conjunto blanco también lo derrotaría (2-3) en la final de la Copa del Rey de La Cartuja (Sevilla), el 25 de abril, que se decantó del lado azulgrana con un gol de Jules Kounde en la prórroga.

Y tres semanas después, su equipo se proclamaba campeón de LaLiga tras llevarse el derbi contra el Espanyol (0-2) en el RCDE Stadium. Alzarse con el torneo de la regularidad significaba además dejar en blanco al eterno rival, al que el Barça le ganó los cuatro enfrentamientos de la temporada con Flick en el banquillo.

Un alemán que se ha ganado hasta el cariño de los periodistas, pese a seguir haciendo sus ruedas de prensa en inglés, con gestos como el que tuvo en su última comparecencia ante los medios.

Al acabar, en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, brindó con cava con los profesionales de la información por el nuevo año y departió amigablemente con ellos. Aunque pidió que no se registraran fotos ni vídeos de un momento que consideró íntimo.

Y es que Hansi Flick todavía sigue siendo alemán para algunas cosas.

Ginés Muñoz