El Real Madrid no logró recuperar el liderato en LaLiga tras empatar con el Girona, sumando su tercer partido consecutivo sin victoria fuera de casa. El potente gol de Azzedine Ounahi en la primera mitad sorprendió al equipo de Xabi Alonso, que tuvo dificultades para encontrar ritmo y control en un encuentro muy disputado. Mbappé igualó desde el punto de penalti, pero su impacto fue limitado, ya que al Madrid le faltó precisión y dominio en los momentos clave.
El empate llegó un día después de la victoria del Barcelona sobre el Alavés en el Camp Nou, dejando a los Blancos segundos, a un punto de los campeones defensores, en una carrera por el título que se está estrechando rápidamente. Un gol de Vinicius Jr fue anulado, un disparo de Mbappé fue invalidado por mano y Thibaut Courtois tuvo que realizar intervenciones cruciales para evitar la derrota. A pesar de la presión final, el equipo careció de serenidad, reflejando una preocupante inconsistencia ofensiva fuera de casa.
Este estancamiento ha intensificado el escrutinio sobre Alonso, cuyo equipo dejó escapar una ventaja de cinco puntos tras El Clásico, pese a un inicio prometedor de temporada. Con un exigente enfrentamiento ante el Athletic Club en San Mamés en el horizonte, crecen las dudas sobre la forma, concentración y capacidad del Madrid para imponerse como visitante. Cada punto perdido se siente cada vez más crítico mientras el Barcelona continúa aprovechando cada oportunidad.
Mbappé expresó su frustración en Instagram tras el empate con Girona, dejando claro que el rendimiento del Real Madrid no es aceptable. Escribió: “Este no es el resultado que queríamos… Necesitamos cambiar la dinámica y mostrar quiénes somos como equipo.”
Aunque anotó su décimo cuarto gol de liga, el francés se sintió limitado por la defensa compacta del Girona, que dificultó su influencia en el juego. “No es el resultado que queríamos, pero la liga sigue abierta y es muy larga”, agregó, subrayando la necesidad de mantener la perspectiva pese a la frustración.
Su actuación destaca tanto su capacidad goleadora —incluyendo los cuatro goles recientes contra el Olympiacos— como los problemas del Madrid para generar movimientos ofensivos fluidos fuera de casa.
La reciente caída en el rendimiento del Real Madrid ha generado un momento delicado en lo que se esperaba fuera una sólida campaña de transición bajo Xabi Alonso. Los partidos fuera de casa han mostrado falta de ritmo, precisión y determinación, rasgos que caracterizaron al equipo a inicios de temporada. Aunque los Blancos siguen en la lucha por el título, la acumulación de empates añade presión a cada encuentro venidero.
El empate ante el Girona expuso problemas recurrentes: un mediocampo inestable, dependencia de destellos individuales en lugar de un juego colectivo constante, y dificultad para mantener el control durante los 90 minutos. La atmósfera en Montilivi pareció desestabilizar al equipo, que luchó por imponer su autoridad en el campo.
Aun así, en medio de la frustración, Kylian Mbappé sigue dejando su huella. Con su último gol, se convirtió en el segundo jugador junto a Cristiano Ronaldo en superar los 53 tantos en un año calendario para el Real Madrid. Su extraordinaria productividad continúa, incluso mientras el equipo a su alrededor enfrenta dificultades.
El Real Madrid se enfrenta a un difícil desplazamiento a San Mamés para medirse al Athletic, un estadio donde sumar puntos siempre es complicado. Alonso ha pedido unidad y mayor intensidad para frenar la racha sin victorias fuera de casa. Con el Barcelona marcando el ritmo, el Madrid necesita reaccionar de inmediato y evitar que la crisis se agrave.