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El 2025 en UFC será recordado como uno de los años más inestables en términos de campeonatos desde la implantación del sistema de cinturones modernos. La organización cerró el calendario con un dato revelador: solo un reinado vigente había comenzado antes de enero. El resto de divisiones cambiaron de campeón, de peso o de contexto, dibujando un mapa completamente distinto al que se había iniciado doce meses antes.
La excepción fue Valentina Shevchenko. La campeona del peso mosca femenino defendió con éxito su cinturón y se mantuvo como la única monarca cuyo reinado sobrevivió intacto a todo el año. En un curso marcado por transiciones, vacantes y movimientos estratégicos, su figura representó la continuidad en medio del cambio.
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UFC
En el peso pesado masculino, la corona terminó en manos de Tom Aspinall. El cinturón cambió de estatus más que de dueño directo, tras la retirada de Jon Jones, y la división cerró el año con un campeón indiscutido que no había tenido que destronar a un rival en ese tramo concreto del calendario. Un caso poco habitual para la categoría reina. Además, para terminar de complicar todo, la primera defensa de Aspinall sobre Ciryl Gane acabó sin resultado por una acción fortuita.
El semipesado ofreció una de las narrativas más representativas del año. Alex Pereira perdió el título ante Magomed Ankalaev y lo recuperó meses después, dentro del mismo 2025. Fue el ejemplo más claro de una tendencia que se repitió en varias divisiones: los reinados ya no se construyen a largo plazo y una derrota no marca necesariamente el final del ciclo.
En el peso medio, el cinturón pasó a manos de Khamzat Chimaev. La división vivió un relevo directo, sin transición prolongada, y cerró el año con un campeón nuevo que aún no había tenido tiempo de establecer un reinado sólido. Otro patrón que se repitió: campeones que llegan al final del calendario sin defensas.
El wélter fue una de las categorías que mejor explicó el concepto de movilidad. El cinturón cambió de manos durante el año y terminó en posesión de Islam Makhachev, quien comenzó 2025 como campeón del ligero. Su salto de división y posterior coronación simbolizaron una de las grandes tendencias del curso: campeones que siguen siéndolo, pero no en el peso donde iniciaron el año.
Esa lógica se reprodujo en el ligero. Makhachev dejó vacante el cinturón y la división encontró un nuevo líder en Ilia Topuria. El hispano-georgiano cerró el año como campeón, pero tras renunciar previamente a su corona del peso pluma. El resultado fue una de las imágenes más potentes del curso: dos campeones que mantienen su estatus tras subir de categoría.
En el peso pluma, el cinturón terminó en manos de Alexander Volkanovski, en un contexto marcado por la vacante previa. No hubo destronamiento directo, sino reconfiguración del orden competitivo, otra constante de un 2025 donde varios títulos cambiaron de dueño sin una derrota previa del campeón saliente.
El gallo fue una de las divisiones más activas. Merab Dvalishvili defendió su cinturón en tres ocasiones, pero en la cuarta pedió y el año acabó con Petr Yan recuperando el título. Fue una categoría exigente, con ritmo alto, que aun así confirmó que ni siquiera la actividad garantiza estabilidad.
En el peso mosca masculino, Alexandre Pantoja comenzó el año como campeón, defendió el cinturón y aun así no lo terminó como tal. Joshua Van cerró 2025 como nuevo monarca, reforzando la idea de un último tramo del año especialmente propicio para coronaciones sin pasado como campeones.
El panorama femenino completó el retrato del cambio. En el peso gallo, Kayla Harrison se proclamó campeona tras destronar a Julianna Peña, iniciando una nueva era. En el peso paja, Zhang Weili dejó vacante el cinturón tras defenderlo, y Mackenzie Dern aprovechó ese escenario para proclamarse campeona, otro título que cambió de manos sin derrota directa.
El balance final es contundente. Tom Aspinall, Alex Pereira, Khamzat Chimaev, Islam Makhachev, Ilia Topuria, Alexander Volkanovski, Petr Yan, Joshua Van, Valentina Shevchenko, Kayla Harrison y Mackenzie Dern cerraron el año como campeones. Solo uno de esos reinados había comenzado antes de 2025.
Más que un año de dominio, 2025 fue un año de tránsito. UFC entrará en 2026 con cinturones jóvenes, campeones móviles y un ecosistema donde la estabilidad dejó de ser la norma. El mensaje fue claro: hoy, en la élite, sostener el oro es casi tan difícil como decidir dónde hacerlo.
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