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Maycee Barber vivió el tramo más duro de su carrera sin perder un solo combate. Durante año y medio, la estadounidense de 27 años libró una batalla fuera del octágono, enfrentando una serie de problemas de salud que amenazaron con poner fin a su trayectoria profesional.
A punto de pelear contra Rose Namajunas, una hospitalización prolongada la apartó del deporte durante casi un año. Cuando por fin parecía lista para volver, un nuevo episodio médico la dejó inconsciente minutos antes de salir a pelear con Erin Blanchfield en mayo, despertando en una ambulancia sin recordar lo ocurrido.
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“Ha sido una de las etapas más difíciles de mi vida”, confesó Barber en una entrevista con MMA Fighting. “Ha habido momentos en los que simplemente me sentaba en la cocina y lloraba. He sentido el cinturón tan cerca, podía olerlo, saborearlo… y de repente la vida se detuvo. Llegué a preguntarme si podría volver a caminar hacia el octágono. Estaba tan cerca y a la vez tan lejos”.UFC
La peleadora de peso mosca había encadenado seis victorias consecutivas y estaba a las puertas de la élite. Sin embargo, una infección grave en 2024 la llevó al hospital, donde recibió 15 ciclos de antibióticos intravenosos. Aunque el tratamiento salvó su vida, los efectos secundarios fueron duraderos. “Los médicos me dijeron que estaría fuera un año. Hice todo lo que me recomendaron para reiniciar mi cuerpo, pero no había respuestas claras”, explicó. “Mis informes médicos tenían más de 400 páginas. Después de todo eso, mi presión arterial cayó muchísimo y nunca había tenido ese problema. Tuvimos que tratarlo porque afecta a todo: al rendimiento, al peso, al ciclo. Mi cuerpo había pasado por demasiado”.
Tras meses de reposo, Barber empezó a prepararse para su regreso, pero el día del combate con Blanchfield sufrió un nuevo colapso. “Fue devastador”, recordó. “Había seguido todas las indicaciones médicas, los análisis, los entrenamientos, todo. Y aun así algo falló. Me desperté en una ambulancia sin entender nada”.
La UFC intervino de inmediato para ayudarla a encontrar una explicación. Barber fue enviada a Boston para realizar estudios neurológicos y exámenes exhaustivos. Aunque los especialistas no pudieron determinar una causa exacta, sí lograron estabilizar su estado. “UFC estuvo increíble. Me pusieron en manos de los mejores médicos. No encontramos un diagnóstico concreto, pero sí una solución que me ha permitido volver a entrenar. Ahora me siento increíble, en gran forma física y mental”, aseguró.
El proceso, según admite, ha sido tanto físico como espiritual. “Ha sido una lección de fe. He tenido que aceptar que no todo está en mis manos, sino en las de Dios. He aprendido a dejar ir lo que no puedo controlar y confiar en que hay un propósito más grande”, dijo. “He pasado por mucho desde niña, y cada obstáculo ha sido una prueba de determinación hacia mis metas”.
Durante los últimos meses, Barber ha estado bajo seguimiento médico constante. “Estamos controlando todo: sueño, entrenamiento, recuperación, análisis de sangre, presión arterial, peso… todo está perfectamente medido”, explicó. “Y no, no creo que nada de lo que me pasó estuviera relacionado con el corte de peso. Fue algo completamente diferente”.
La peleadora, que firmó con la UFC con el objetivo de ser campeona mundial, confiesa que este tiempo fuera solo ha fortalecido su determinación. “Trevor Wittman me preguntó hace años: ‘¿Cuál es tu porqué?’ En aquel momento no supe responder. Ahora lo tengo claro. Mi porqué es seguir adelante pese a todo. No importa cuánto tarde, sé que conseguiré ese cinturón. Tal vez sea a los 28, tal vez a los 30, pero lo haré”.
Su regreso, programado para el 5 de diciembre (UFC 323), marcará el final de una larga recuperación y el inicio de una nueva etapa. “Esta es mi oportunidad para brillar. Quiero una victoria dominante y dejar claro que mi próximo paso es la pelea por el título”, afirmó.
Aunque las incógnitas sobre su salud no desaparecerán del todo hasta verla competir, Barber se muestra confiada. “No me tomo esto a la ligera. Estoy siguiendo las pautas médicas y cuidando cada detalle. Pero me siento lista. Es un alivio enorme poder decir que he vuelto. Es hora de demostrar quién soy realmente”.