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Conor McGregor vuelve a acaparar titulares. El excampeón de dos divisiones de la UFC ha declarado que quiere encabezar el primer evento de la compañía en la Casa Blanca, previsto para junio de 2026. Dana White, presidente de la UFC, aseguró que mantiene conversaciones constantes con el irlandés y que lo ve “entrenando y en el pool de pruebas”, lo que alimenta las opciones de un regreso que se ha hecho esperar más de cuatro años.
El posible rival en ese histórico escenario parece claro para muchos: Michael Chandler. El estadounidense, que fue su compañero de edición en The Ultimate Fighter, nunca renunció a ese combate. “Creo que estamos más cerca que nunca de que Conor vuelva”, dijo a MMA Fighting. “En mi corazón, creo que pelearé con él en la Casa Blanca. Tiene todo el sentido”.
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Chandler recuerda que ambos quedaron con “asuntos pendientes” tras su etapa en el reality de la UFC. “Seríamos los únicos de la misma categoría que no han llegado a pelear después de ser entrenadores. Conor lo sabe, yo lo sé”, insistió. El estadounidense destaca, además, su fiabilidad como un punto a su favor: “Nunca he fallado en dar el peso ni me he retirado de una pelea. En una cartelera tan grande necesitas certezas, y yo siempre aparezco cuando suena la campana”.
McGregor no compite desde julio de 2021, cuando sufrió una fractura de tibia ante Dustin Poirier. Un nuevo intento de regreso en 2024, esta vez contra Chandler, se frustró por una rotura de dedo del pie. En estos años ha hablado de volver en múltiples ocasiones, pero nunca con tanta determinación como ahora.
“He escuchado lo mismo de personas cercanas a él, incluso de su socio en BKFC”, explicó Chandler. “Dejó a un lado su candidatura a la presidencia de Irlanda, lo que le permite enfocarse de nuevo en entrenar”, añadió.
Dana White, por su parte, prefiere ser cauto. En el pódcast Impaulsive reveló que McGregor le ha repetido: “Estoy totalmente en serio, quiero esto”. Sin embargo, el directivo subrayó que las negociaciones formales para la velada comenzarán en febrero: “Aún queda mucho camino, pero confío en que Conor apunta a esa fecha”.
Chandler, que en el último año peleó contra Charles Oliveira en noviembre y Paddy Pimblett en abril, asegura que esta vez su prioridad es formar parte de la histórica velada, aunque el rival no fuera McGregor. “Lo primero es estar en la Casa Blanca. Si al final es Conor, mejor. Pero quiero ese evento”, confesó.
El estadounidense, de 38 años, reconoce que tras su intenso calendario reciente necesitaba un descanso, pero está dispuesto a esperar: “Esto no está tan lejos, y la promoción será enorme”. Aun así, dejó claro que su objetivo final sigue siendo el combate que UFC y los aficionados llevan años esperando: “Si Conor vuelve, tiene que ser contra mí. Si decide retirarse, será otra historia, pero si regresa, debe ser Chandler vs. McGregor en la Casa Blanca”.
La UFC nunca había planeado una gala en la residencia presidencial estadounidense. De concretarse, sería un espectáculo sin precedentes, con una gran expectación mundial. McGregor, que ostenta casi todos los récords de venta de pago por visión en la historia de la compañía, es consciente del impacto mediático que supondría. Y Chandler, con su estilo explosivo y fiabilidad, se perfila como el compañero de baile ideal para un regreso que promete hacer historia.