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Usman Nurmagomedov ya tiene en sus manos el cinturón indiscutido del peso ligero de PFL. El ruso se impuso a Paul Hughes en Dubái y mantuvo su condición de invicto con una decisión unánime. Las cartulinas marcaron 50-45, 49-46 y 48-47.
El combate dejó claro que Nurmagomedov tiene la técnica más pulida y la capacidad de imponer su plan. Hughes, sin embargo, vendió cara la derrota y logró incomodar en varios tramos, especialmente en los intercambios de media distancia.
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El primer asalto estuvo marcado por la tensión. Usman encontró su distancia con el jab y las patadas bajas, pero también cometió dos golpes ilegales bajos que pararon la acción. Pese a ello, logró llevar la pelea al suelo, tomar la espalda y trabajar con el body triangle. Hughes resistió y cerró con una buena combinación.
En el segundo asalto, Hughes dio un paso al frente. Conectó manos claras, trabajó al cuerpo y logró igualar el ritmo. Aunque Nurmagomedov respondió con precisión en el jab y un par de intentos de derribo, fue el irlandés quien se llevó los mejores momentos. Al final del round, el público lo celebró.
El tercer asalto mostró un combate de máxima paridad. Ambos intercambiaron golpes al cuerpo y a la cabeza. Usman insistió con el jab y con su wrestling, pero Hughes conectó un hook al cuerpo y combinaciones que levantaron al público. Los jueces dividieron opiniones, pero Hughes parecía haber empatado la pelea.
El cuarto episodio cambió el rumbo. Nurmagomedov castigó al cuerpo con patadas y manos, cerró el espacio y volvió a derribar. Hughes comenzó a sangrar por la nariz y a mostrar hinchazón en el ojo izquierdo. La presión del ruso, con combinaciones y control de espalda, marcó la diferencia.
El quinto round fue de pura intensidad. Hughes buscó el intercambio y hasta logró un derribo fugaz, pero Usman respondió con un corte provocado por un choque accidental de cabezas y un dominio final con takedown y control en el suelo. Cerró la pelea con un rodillazo volador y presión hasta la campana.
La decisión fue unánime. Con ella, Nurmagomedov queda con un récord de 20-0-1 y se proclama campeón indiscutido de PFL en el peso ligero. Hughes, que dio batalla, desciende a 14-3 pero aumenta su prestigio por la resistencia mostrada.
En el combate coestelar, Corey Anderson se consagró campeón semipesado de PFL tras dominar a Dovlet Yagshimuradov en cinco asaltos. Con su lucha y presión constante, Anderson se impuso por decisión unánime con cartulinas de 49-45, 48-47 y 49-45. El ex campeón de Bellator ahora suma un nuevo cinturón a su carrera y apunta a futuros choques de alto nivel en la división.
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