La decisión de Aston Martin de colocar a Adrian Newey al frente del equipo como Team Principal a partir de 2026 sigue generando debate en el paddock de la Fórmula 1. No tanto por el nombre —el del ingeniero más influyente de la era moderna— como por el cargo. Un movimiento que ha sorprendido incluso a quienes conocen de primera mano el ADN de la categoría, como Romain Grosjean.
El expiloto de Fórmula 1 reconoció que el anuncio le pilló desprevenido, alineándose con una sensación bastante extendida en el paddock. "Que Aston Martin nombre a Adrian Newey como team principal fue una pequeña sorpresa, para ser sincero", admitió el francés en una entrevista con Motorsport.com, antes de poner en contexto la magnitud del personaje.
"Es un genio. Es… no sé, un gurú de la Fórmula 1, en el buen sentido. Probablemente sea uno de los mejores ingenieros que han existido nunca en la F1".
Y ahí está precisamente el matiz que genera dudas razonables. Newey siempre ha sido sinónimo de diseño, concepto aerodinámico y libreta bajo el brazo, no de ruedas de prensa interminables, gestión diaria del personal o presencia constante en el pit wall. De hecho, en su primer año en Aston Martin, ya como director técnico del proyecto, apenas se le ha visto en los circuitos: Mónaco, Silverstone y Qatar han sido sus únicas apariciones públicas, una decisión consciente para priorizar el trabajo en la fábrica y centrar todos los esfuerzos en el coche de 2026.
Grosjean verbaliza esa percepción con claridad: "Siempre lo he visto como un ingeniero, nunca pensé en él como un team principal", reconoció. "Tengo mucha curiosidad por ver cómo va a funcionar".
La sorpresa no es exclusiva del francés. Figuras como Helmut Marko, que compartió años de éxitos con Newey en Red Bull, también deslizaron públicamente que el rol de jefe de equipo no encaja, al menos de forma natural, con el perfil del británico. Sin embargo, dentro del propio paddock se interpreta el movimiento más como una reconfiguración del poder que como un cambio radical de funciones.
La idea que se impone es clara: Newey será el rostro más potente del proyecto —junto a Fernando Alonso—, pero no necesariamente quien asuma todas las tareas clásicas de un team principal. En pista, Mike Krack podría ser la referencia operativa o incluso Gianpiero Lambiase si finalmente llegara a Aston como se ha rumoreado estos últimos días, mientras que el británico mantendrá el foco en aquello que siempre ha definido su carrera: el coche.
En ese sentido, Grosjean también pone el acento en el contexto global del proyecto. "Aston Martin tiene mucha experiencia, cuentan con mucha gente muy buena. Se está invirtiendo mucho dinero en el equipo para que tenga éxito", apuntó. Un mensaje que conecta directamente con la ambición del constructor británico de cara al nuevo reglamento técnico.
La alineación de piezas es evidente: Newey como cerebro técnico, Honda como proveedor exclusivo de motores, una fábrica de última generación y un doblete de pilotos liderado por Alonso. "Tienen a Fernando Alonso, que es un gran piloto, y a Lance Stroll a su lado, que hace algunas carreras muy buenas", recordó Grosjean. "Así que saben lo que están haciendo y probablemente tengan un plan".
A la espera de que 2026 ponga todas las cartas sobre la mesa, Aston Martin camina entre la audacia y el riesgo. Convertir al mayor genio técnico de la Fórmula 1 en la cara visible del proyecto no es un movimiento convencional. Pero si algo ha demostrado Adrian Newey a lo largo de su carrera es que nunca ha necesitado seguir los caminos marcados para cambiar el rumbo de la Fórmula 1.